Que ilusos, pensaban que cuatro paredes me iban a detener.
Aquí estoy, en este calabozo frío y húmedo (que recuerdo más bonito).
Aún no se han atrevido a quitarme las esposas, y eso me hace recordarte, incluso uno de los guardias se extraño ver mi bulto en el pantalón cuando me las apretaba aún un poco más.
Aún no se han atrevido a quitarme las esposas, y eso me hace recordarte, incluso uno de los guardias se extraño ver mi bulto en el pantalón cuando me las apretaba aún un poco más.
Yo gruñí, no supe bien si de dolor o de placer, como me recuerda todo esto a ti.
Una habitación osura, sólo, esposado, golpeado, .... que sublime placer.
¿Enjaulado?
Sólo me falta oir tu voz maldiciendo mi alma y tendré un orgasmo.
Sólo me falta oir tu voz maldiciendo mi alma y tendré un orgasmo.
Mi mueca es media sonrisa de lado, los guardias no se atreven a venir a habalr conmigo, los oí murmurar, que habían tenido muchas clases de locos ahí habajo, "pero este si que daba escalofríos."
Yo me pongo de rodillas, como te gustaba a tí, cierro los ojos con fuerza, intentando recordar tu cara otra vez, sonrio, se me escapa una carcajada que resuena es todo el sótano.
Oigo llorar a alguien al fondo, creo que no tardarán de mandar a un médico para que me sede, les doy demasiado miedo.
Te dibujo en mi mente, ese pelo negro, brillante, esas botas que te sueles poner cuando me castigas, esa fusta que chasquea a dos centrímetros de mi oido.
Juraría que noto tus dientes desgarrar mi peil, me muerdo los labios para sentir algo parecido al dolor.
Mi pantalón está a punto de estallar.

De rodillas, como a ti te gusta, trago saliva una vez más.
Noto tus golpes una vez más, una vez más... ya.
Me desplomo cara contra el suelo, apenas puedo respirar.
Una pena que no estuvieras aquí para poder disfrutar conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario