domingo, 20 de noviembre de 2016

Hay cosas que nunca se olvidan.

Hay cosas que nunca se olvidan.

Ni se quieren olvidar.

Hay cosas que se reviven en sueños, despierto, terso y con el corazón en la mano, latente.

Aún recuerdo la piel, la saliva, los labios, la carne, el sudor.

¿Deseo?

Todo.

lunes, 24 de octubre de 2016

El tiempo no existe.

Las lunes se suceden, las hojas inundan los suelos, el frio llega, el calor me abrasa.

Los días pasan, pero el tiempo no existe cuando el deseo lo adueña todo.

Veo su piel en todas las pieles, noto su sabor en todas las carnas, su olor me embriaga, en todas las noches.

Mi alma de animal no deja de palpitar, buscando el momento de volver a clavarle los dientes, el deseo nunca a aminorado, solo estaba latente, hibernando, descansando, buscando el momento para volver a saltar a atacar.

Mis sueños son poblados por cientos de perversiones, agazapadas, esperando para convertirse en realidad, un ensueño del que me resistos a salir.

martes, 23 de agosto de 2016

Dios, día, hora.

La piel siempre es piel, la sangre siempre es sangre, la saliva siempre es...

Lo único que me interesa es la pasión, el deseo,  más que la estética.

A nadie le amarga un dulce, pero el placer terrenal tiene más sentido espiritual que cualquier rezo religioso.

Apago las noches, como si tuvieran interruptor, mis oraciones ya han sido cantadas,  abluciones, vasito de leche y cuando mis ojos se cierran, el universo se apaga.

Correr con los ojos cerrados.
Que gran placer.

martes, 29 de marzo de 2016

Lo único que oí.



Llegó cuando ya había despuntado el sol.
Yo no había podido dormir en toda la noche.

Solo le oí decir, con un insignificante y gélida voz, "úsame".
Como una orden, como una súplica.

Dejé de oír, mi sangre empezó a mezcrarse con la adrenalina.
La vena que late por dentro de mi sien se puso a mil.

Y ese lobo que estaba durmiente, se activó, con la palabra mágica, que muy pocas conocían.
Mis colmillos se afilaron, y boca empezó a salibar.
Músculos que estaban en barbecho entrarón a la acción.

Empezó el juego.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Su mirada me mata.

Llegué más cansado de lo habitual, siempre había sentido predilección por ese antro, por sus paredes asfixiantes, por sus taburetes viejos y cómodos, por esa barra eterna, compañera de penas y de algunas alegrías.
Me senté por inercia en el rincónd e siempre, ella estaba allí, sentada, bebiendo whisquy con hielo, miré a mi camarero favorito, que con su voz ronca me preguntó qué quería.
Miré su copa y pedí otro.
Siempre meha gustado tarminar la noche con ese sabor a madera quemando la garganta.
Esa noche sería el comienzo.
Ella ni siquiera se inmutó, miraba más allá de la barra, de la pared, su mirada estaba fija a mil kilómetros de aquél oscuro antro.

Yo la miraba, la analizaba, la estudiaba, había algo en ella eterno, más tenebroso que el beso de la muerte, me inquietó. Me erizó, me sentí intrigado.

No la veía gesticular, ni moverse lo más mínimo, de vez en cuando le daba un sorbo corto a su vaso, yo me moría por dirigirle la palabra, pero ese no era mi estilo.

Giro la cabeza y me miró como si fuera la primera vez que se percatara que estaba allí, se sonrió.
Su mirada fria me atravesó, me quedé helado, como nunca antes me había pasado.



domingo, 28 de febrero de 2016

La Guarida del Lobo

Cuando el invierno ataca, con sus vientos, sus heladas, su blanco sucio ensuciando la pradera.
Es hora de refugiarse, disfrutar de lo cazado, de lo vivido, de lo trabajado.

Uno lame sus cicatrices, peinas sus canas, revisa y repasa su artillería.

Sonriente y cálido me hayo, seguro y cansado.

Lamo mis heridas, me recuesto dolorido.
Recuperando fuerzas, para volver a salir a cazar.

lunes, 22 de febrero de 2016

Donde menos te lo esperas.

El arte siempre ha sido un lugar donde refugiarse.
Una exposición rodeado de gente guapa, rica e importante.

Yo allí, con mis zapatos sucios y mis colmillos relucientes.
Me paseo con una copa en la mano, una media sonrisa y poca conversación, me gutsa escuchar, escuchar mientras analizo.
Ella me habla, con una enorme sonrisa, no deja de tocarme, yo no reacciono, pero la miro fijo a los ojos. Por fin le regalo una sonrisa, apuro mi copa y me dirijo hacia la puerta.

Llegamos a uno de mis antros, olvidado, lleno de nadie, pido algo en botella, ella me sigue el juego.
Y decidimos perdernos en otro agujero más atestado de gente, donde la depravación camina sin correa, baila, juega, tontea con mujeres y con hombres, yo desde lejos observo.

Me arrastra a mi guarida, no es hora de hacerle más kilómetros al asfalto.

Soy un caballero, le cedo mi catre, ella me viene a buscar, me desnuda levemente y vemos amanecer entre saliva, sudor y marcas de dientes.

Me gusta el arte y más si tiene cuerpo de mujer.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Mi mayor depravación.

Nunca me he considerado un anormal, un enfermo, un fetichista extremo.
Tengo mis gustos, como no, mis preferencias, mis hoquedades preferidas, mis tempos, mis aperos...
Pero a veces, cuando me masturbo emocionalmente, practico mi mayor depravación, que es la abstiencia.

Mujeres cruzan sus miradas con mis ojos de lobo, aparto la mirada líbida y clavo mis ojos frios como colmillos.

Mientras mis pensamientos vuelan, mis manos ya no juegan.

Depravado, que soy un depravado.

lunes, 4 de enero de 2016

Violencia.

Dicen que la violencia nunca está justificada.
Y estoy de acuerdo.

Pero lo que pasa en la alcoba no entiende de normas, ni de leyes, ni de moral.
Sobre todo si es consentido, si es buscado.

Control.
Perder el control.
Dejarse llevar.
Abandonarse.
Fluir.

Perro viejo no aprende trucos nuevos.
O si.

Mis ojos brillan en la oscuridad, mi boca saliva en silencio. Mis músculos se tensan bajo mi piel.
Cuando la temperatura empieza a subir.
Te veo entrar levitando en el cuarto.
Te sigo con la mirada.
Me miras a los ojos. Ves mis puños cerrados con fuerzas.

Me encanta cuando sin hablar ambos sabemos lo que va a pasar. Sabor a carne humana y miel, mismanjares favoritos. Busco un tesoro entre tus piernas, recibiendo espoladas en mi espalda, yo contraresto moridiendo tus muslos. Agarro tu culo con tal fuerza, que temo atravesar tu piel con mis dedos. Alguno se introduce incluso en tu carne, sin herir demasiado.

Te agarro del brazo como queriéndote tirar por la ventana, y te vuelco, con extrema violencia te pongo boca abajo, creo haberte oído pedir suavidad, de mi colmillo cuelga una pequeña gota de tus fluidos, tal vez saliva, tal vez sangre. Oígo metálico en mi cabeza y te penetro el ano, poco a poco, sin parar, casi explotando en la primera enbestida.

Veo como te retuerces, no se diferenciar si de dolor o de placer, creo que de las dos cosas, pero ya no soy duelo de mi, es el animal quien ordena mis movimientos, militricamente calculados.
El semen resbala por tus muslos, agotado desplomado sobre ti, no dejo que escapes, casi ni respirar, mi bocado aún atrapa tu carne, te retuerces de dolor, de placer, de éxtasis.