A veces me siento derrotado, como todos, imagino.
Cansado, agotado, sin motivación, sin fuerzas.
Sólo tengos ganas de acurrucarme en un rincón y olvidarme de que existo.
Pero eso no es lo que tan duramente aprendí.
Recozo mis trocitos, limpio lo ensuciado, me visto con mis mejores ropajes y me echo a la calla, a deborar la noche. A beberme los ojos.
Por que aquí estoy yo de nuevo, con la cabeza bien alta y con ganas de que me intenten tumbar de nuevo.