A veces me siento derrotado, como todos, imagino.
Cansado, agotado, sin motivación, sin fuerzas.
Sólo tengos ganas de acurrucarme en un rincón y olvidarme de que existo.
Pero eso no es lo que tan duramente aprendí.
Recozo mis trocitos, limpio lo ensuciado, me visto con mis mejores ropajes y me echo a la calla, a deborar la noche. A beberme los ojos.
Por que aquí estoy yo de nuevo, con la cabeza bien alta y con ganas de que me intenten tumbar de nuevo.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
lunes, 3 de noviembre de 2014
Me prometí que...
Una de esas tantas promesas que nunca cumplo.
Una de eas derrotas que me hacen sentir más perdedor aún.
Me prometí no volver a pensar en ti, a no desearte en silencio, en no tenrsar mi carne imaginando poseerte como un animal salvaje.
Me prometí no desvelarme más por culpa de tus ojos, de tu mirada.
Araño mi piel con cristales rotos, me aclaro la vista con todas las oscuridades, sueño cada día con un amanecer nuevo.
Prometí no pensarte, no desearte, no anhelarte.
Me prometí...
Como tantas otras veces...
Una de eas derrotas que me hacen sentir más perdedor aún.
Me prometí no volver a pensar en ti, a no desearte en silencio, en no tenrsar mi carne imaginando poseerte como un animal salvaje.
Me prometí no desvelarme más por culpa de tus ojos, de tu mirada.
Araño mi piel con cristales rotos, me aclaro la vista con todas las oscuridades, sueño cada día con un amanecer nuevo.
Prometí no pensarte, no desearte, no anhelarte.
Me prometí...
Como tantas otras veces...
martes, 21 de octubre de 2014
6 - 7 - 8 - 9 ...
Me siento como un boxeador, medio noqueado.
Recibiendo golpes uno tras otro, gancho, gancho, directo, gancho...
No hay tiempo para reponerse del último impacto, todo va demasiado deprisa.
Golpe, golpe, golpe, golpe... nunca descanso.
El tilín nunca suena, para que me pueda ir a mi rincón a descansar aunque sea un momento.
Nunca saco la cabeza del hoyo, nunca levanto la vista del suelo.
Me recompongo, aprenderé a que cada golpe me haga más fuerte.
Saborearé el dolor y lo haré mi alimento.
Mientras, trago saliva con sabor a sangre, intento abrir mis ojos amoratados y vislumbrar otro asalto más en pie.
Recibiendo golpes uno tras otro, gancho, gancho, directo, gancho...
No hay tiempo para reponerse del último impacto, todo va demasiado deprisa.
Golpe, golpe, golpe, golpe... nunca descanso.
El tilín nunca suena, para que me pueda ir a mi rincón a descansar aunque sea un momento.
Nunca saco la cabeza del hoyo, nunca levanto la vista del suelo.
Me recompongo, aprenderé a que cada golpe me haga más fuerte.
Saborearé el dolor y lo haré mi alimento.
Mientras, trago saliva con sabor a sangre, intento abrir mis ojos amoratados y vislumbrar otro asalto más en pie.
lunes, 22 de septiembre de 2014
Oscuros lugares.
Hay que ágil para reaparecer en las calles.
Siempre en algún lugar poco transitado, ropas neutras, mirada vacía.
Sin hablar con nadie, cortés, amable, pero sin llegar a ser cálido.
Agua con hielo o café.
Con un periódico en la mano, para evitar conversaciones indeseadas.
Camino buscando, como siempre, una presa, una misma presa, como siempre.
Como no he podido dejar de hacer en los últimos nueve meses.
Siempre en algún lugar poco transitado, ropas neutras, mirada vacía.
Sin hablar con nadie, cortés, amable, pero sin llegar a ser cálido.
Agua con hielo o café.
Con un periódico en la mano, para evitar conversaciones indeseadas.
Camino buscando, como siempre, una presa, una misma presa, como siempre.
Como no he podido dejar de hacer en los últimos nueve meses.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)